Ingredientes:
350 gr de harina de fuerza
50 gr de azúcar
195gr de agua
7 gr de sal
40 gr de mantequilla
13 gr de levadura fresca de panadero
Para hojaldrar:
220 gramos de mantequilla
Para el almíbar:
40 gr de azúcar
40 gr deagua
Preparación:
En un cuenco ponemos la harina, el azúcar, la sal y la levadura (cuidar
que ésta no toque directamente la sal), le damos un par de vueltas con
unas varillas para mezclarlo todo y añadimos el agua.
Amasamos durante unos minutos y, poco a poco, incorporamos los 40 gramos de
mantequilla a la masa. Seguimos amasando hasta que tengamos una masa lisa (tardaremos unos 10 minutos).
Hacemos una bola y dejamos que repose 30 minutos.
Pasado ese tiempo, estiramos
la masa con un rodillo hasta un grosor de dos centímetros, la ponemos en una
bandeja y tapamos bien con plástico.
Metemos en la nevera y dejamos reposar
hasta el día siguiente (o si hay prisa, un mínimo de dos horas).
Sacamos la mantequilla, la ponemos entre dos papeles de horno y
estiramos con el rodillo hasta que nos quede con
un grosor de 1cm. Dejamos en el papel hasta que
vayamos a usarla.
Sacamos la masa de la
nevera y dejamos unos minutos para que pierda el frío.
Estiramos, de forma
que tenga el doble de anchura que la mantequilla.
Sobre la mitad de la masa ponemos la mantequilla, dejando unos centímetros de masa libre y doblamos encima la otra parte.
Estiramos la masa con el
rodillo. Dando pequeños
golpecitos y luego alisando ayudarás a que la mantequilla se acople.
Al terminar, giramos la masa hasta ponerla
transversal a nosotros.
Será el momento de dar la primera de tres vueltas
sencillas.
Doblamos el tercio
restante también sobre el centro y aplanamos un poco con el rodillo,
después dejamos la masa que repose en un sitio fresco (o en la nevera si hace
mucho calor) durante unos 20 minutos. Con esto conseguimos que se
relaje el gluten y sea más fácil seguir con las vueltas.
En total daremos tres
vueltas simples (con sus reposos intermedios) a la masa y le daremos un
reposo final, esta vez en la nevera para que sea más fácil manejarla
después.
Una vez hechos todos
los plegados y la masa haya reposado en la nevera, es momento de
estirarla. Hay que dejarla con un grosor de medio centímetro más o
menos, si véis que la masa se resiste a ser estirada y se encoge de
nuevo hay que dejar que repose unos minutos para que se relaje.
Mi truco
personal consiste en estirar un poco la masa, cortarla en dos mitades y
dejar una de ellas en la nevera, así puedo trabajar con la otra sin
problemas. Además, si no lo hiciera así no cabría toda la
masa estirada en mi encimera.
Cortamos los bordes de
la masa para dejarlos rectos y marcar las posiciones donde haremos los
cortes. El tamaño de los triángulos con los que formaremos los
croissants debe ser de unos 10 x 26 centímetros, aunque si os gustan más
grandes (o más pequeños) podéis variar estas medidas.
Con la rueda de cortar pizza o un cuchillo afilado cortamos los triángulos.
Hacemos un pequeño corte en la parte inferior, gracias al cual
podemos abrir un poco la base (estirando de las puntas) y comenzamos a
enrollar hacia fuera de nosotros, sin presionar ni estirar la masa, todo
muy suave.
Colocamos los croissants en una bandeja de horno dejando espacio suficiente para que crezcan.
Pintamos con huevo batido
la superficie intentando no tocar los bordes, así evitamos que se peguen
las capas y no suba todo lo necesario.
Dejamos que fermenten
en un sitio fresco (que no haya calor, no queremos que se funda la
mantequilla) y protegido de las corrientes de aire, pero no no se deben cubrir
porque con el huevo se pegará lo que pongáis encima.
Cuando hayan doblado
su tamaño (entre una y tres horas, depende de la temperatura) pintamos de
nuevo con huevo batido, pero con cuidado para no desinflarlos, pasad el
pincel con mucha suavidad.
Horneamos a 180º unos
17-20 minutos.
Aquí tendréis que hacer pruebas con vuestro horno hasta
que os salga bien. Se dice que cada horno es un mundo, pero para los
croissants es mucho más crítico.
Cuando los saquéis,
dejad que se enfríen sobre una rejilla, y mientras tanto podéis hacer el
almíbar para darles brillo. Esto es opcional, pero les da el toque
profesional que marca la diferencia.
En un cazo ponemos la
misma cantidad de agua que de azúcar (yo pongo 80 gramos de cada) y
dejamos cocer unos minutos.
Después, y sin esperar a que se enfríe, pintamos
con este almíbar los croissants, ya veréis el efecto.
jueves, 23 de enero de 2014
jueves, 9 de enero de 2014
Galletas de jengibre de May
Ingredientes:
200 gr de azúcar
200 gr de sirope de caramelo
6 cucharadas de agua
500 gr de harina
1 cucharadita de canela en polvo
1 cucharadita de clavo en polvo
1 cucharadita de jengibre en polvo
2 cucharaditas de bicarbonato
100 gr de mantequilla
Elaboración:
Ponemos la mantequilla a temperatura ambiente.
Mezclamos todos los ingredientes y hacemos una masa homogénea.
Guardamos la masa en una bolsa de plástico en la nevera durante 8-10 horas.
Extendemos la masa con el rodillo (yo pongo la masa entre dos capas de film y así no se pega), que quede fina.
Con un cortapastas damos forma a las galletas y las vamos poniendo encima de la bandeja de horno con papel vegetal.
Las metemos en el horno precalentado a 180º durante 5 minutos.
Las sacamos y dejamos enfriar en la misma bandeja.
Decoración:
Azúcar glass
Colorante alimentario (si queremos color)
Unas gotas de agua templada.
Elaboración:
Hacemos una especie de masilla. Metemos en un biberón y decoramos.
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